Preñado de angustia
no concibo sino tirar humos,
sólo mirando hacia abajo.
He absorbido la tristeza.
Noches más negras que dios
se suceden sin absolutamente nada que soñar.
La rabia me descalcifica los huesos,
mientras que mis ojos
se vuelven invidentes.
Estoy preñado de angustia,
sí,
pero ya salí de cuentas hace tiempo.
Esperemos entonces que expulses lo que tanto te asfixia...Yo intento sentir que puedo sacarme la soledad, pero siento que es más que un embarazo.
ResponderEliminarUn abrazo.