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domingo, 25 de julio de 2010

Silencio de Charlie Parker




Imagino que no importa demasiado
lo que pienso de ti.
Lo que sueño.
Aquello que espero tantas veces
sin respuesta.
Supongo que no importa apenas nada.
Casi nada.
Pero siempre lo estoy contando.
Me estoy acordando de tu cuerpo
en mi cabeza.
Uy, que romántico!!!
Pero sólo siento en mi cabeza
el olor a humo,
el gusto a fango.
Movedizas arenas solicito,
caído en todos mis terrores.
Dónde fueron todos mis deseos???
Dónde existieron???
Dónde contigo???
Supongo que no importa nada.
Casi nada.
Al fin y al cabo siempre pensé
que el dolor es sólo
la mitad del placer.
Ésta agonía es el camino de la nada.
La desesperanza de hoy me hace
incapaz de sentir la luz.
Pero el deseo es fuerte y ávido
como la agonía.
Y luego viene mi cuerpo.
Y más adelante la sima.
La tierra, el cénit de la incertidumbre.
El beso escupido al horizonte.
Esa línea insólita tan absurda como dios.
Esa indigente lámina de tristeza
entre el campo amarillo
y la soledad ante lo fatal.

Me voy diluyendo
con el cráneo encogido.
Con mi aliento perdido
busco una estación de tren.
Ningún eco aquí de la larga
experiencia del dolor.
Sólo una mano que blanda
se agita en despedida,
gafas de sol,
el último andén
y ese tren del que nunca escaparemos.

2 comentarios:

  1. Hola Miguel un precioso poema muy nostalgico
    pero bello romantico,nunca saldremos de ese
    tren que triste, un placer leerte.
    Un abrazo que tengas una buena semana.

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  2. Miguel: Creo que nuestro tren tiene varias paradas, varios andenes donde toma nuevos pasajeros, y deja los que nos abandonan en el viaje, Siempre es una sola dirección y esa ruta no tiene retorno, si en ésta estación se bajó un pasajero, en la próxima quizás aparezca el pasajero que nos acompañará por el resto de nuestro camino...
    Un abrazo.

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nubes del deseo

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