Te escribo
pensando que las palabras me limitan.
Quiero tu cuerpo
entre mis brazos
cerebral y visceral, enloquecido.
Salgo a la calle,
a cualquier sitio
y el universo se pone vestido de lunas.
Ando,
me resbalo
me estremece sentir
tu cuerpo soñado.
Tu piel deshaciéndose.
Me hundo de frío
esta tarde de invierno
tan limpia ella
y yo tan desvaído.
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