La pobreza
y, al lado, el silencio.
Más allá
la misma pobreza,
y cada vez
más silencio.
Y es lo de siempre.
Los ojos vacíos,
los niños que duermen,
la soledad sin límites.
La pobreza
y, al lado,
la Universidad Católica
San Vicente Mártir,
los jóvenes becados,
la élite de las élites,
el macabro porvenir.
Tanto silencio
y tantas voces
que no pretenden enterarse de nada.
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