Llevaba el poema en el bolsillo
y varios días después
aún no te lo he dado.
Ahora estoy en un bar
escribiéndote otra cosa,
y veo a otro niño buscando afecto.
Sólo la sencillez de lo deseado.
Hoy no voy a inspirarme,
tan sólo es martes,
prefiero pensar en ti
y olvidar el teléfono en una nube alta.
Mañana llevaré el poema en los ojos
y lo leerás al mirarme.
Pero no me inspiro,
solamente tengo
el pensamiento
y el olvido.
No consigo arrebatar al miedo
su parcela adolescente.
No consigo sonreír con los ojos
a todas las horas.
No puedo olvidarme de todo
inmediatamente.
Sólo pienso ahora
en ése niño, que como yo,
también anda perdido
y necesita un montón de abrazos
y de besos
sin pedir nada a cambio.
Sólo besos.
Sólo abrazos.
Cómo deseo lo sencillo
al mirarte.
Soñamos lo sencillo, lo que no cuesta nada de ofrecer; sin embargo poeta, es lo más esquivo para las almas sensibles.
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