ensoñaciones,
a partir de una gota de agua.
Pero no me sirve de nada.
La miro.
Y casi parece que
te estuviera viendo.
En la ducha.
En el fregadero.
Cuando riego al levantarme.
Cuando sin querer lloro.
Cuando sin querer sigo
pensándote.
Mis ojos no me hacen caso.
Siempre dicen
como estoy.
Sonrío y ¿qué te pasa?
Mi gata dice ¿qué te pasa?
Mi mundo comenta ¿qué le pasa?
Y me llena la desidia
de explicar por qué
me falta la energía.
Pienso en las gotas
que abren en mi cabeza,
estalagmitas eternas.
Veo tus cuevas
y me reclino a mirar
otro atardecer,
sin brillo en los ojos,
con el deseo de hundirme profundo
en el mar.
Y esperar fundirme en el fondo
con los limos
con los peces del abismo,
tan cercanos siempre
a mis sueños.
Miguel, además de ser un escritor prolífico, eres de una intensidad sorprendente. Lo que leí me encantó, quizás porque siento que he vivido y sentido esa gota de agua, de hecho escribí tiempo atrás sobre esa gota.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Miguel un poema muy hermoso la gota de agua
ResponderEliminarla ves en todas partes,con el deseo de hundirte en el mar,muy bello aunque triste a la ves.
Un abrazo grande que estes muy bien.