Entornaba mis ojos de vidrio
entre la lluvia y te miraba.
Por qué no me dices nada?
Porque mis ojos te lo dicen
y la lluvia te va contando mis secretos.
Y notas como mi mano se desliza
y siente como siente tu piel.
El miedo se va diluyendo
entre los hielos del gin.
Es el roce de tus labios con los míos.
Es el movimiento de tus sueños
que yo ya defino.
Por qué me susurras ahora al oído?
Porque yo quiero mis labios
subiendo por tus pechos.
Porque yo deseo mis dedos
encontrando tu sexo encendido.
Quiero, siento como juegas
con mis ojos y mis rizos.
Necesito ese color del agua
sin ningún mal presagio ni destino.
Sucumbir en ti y matar los malos augurios.
Gozar de tus uñas arañando mis brazos.
Sentirte siempre en ese río
que está bajando por la ventana.
Y noto extender tu deseo
con mis manos abiertas.
Rozando tus ansias que miran las estrellas.
Agua, sólo agua, todo agua.
Y empezando a gemir entre las olas
sin miedo ni sueño.
Te recorro, me paseo por ti con mi codo
con mis dedos, con mis besos, con mis ojos.
Con tus uñas te me avecinas
y me convenzo de que lo eres todo.
Madre mía, madre mía, madre mía...
ResponderEliminarPorque mis ojos te lo dicen
y la lluvia te va contando mis secretos...
Sin aliento, con los latidos desbocados...
Así me gustas, poeta, sublime y encendido sin ningún añadido.
Necesito ese color del agua
ResponderEliminarsin ningún mal presagio ni destino.
Sucumbir en ti y matar los malos augurios.
QUÉ BELLA IMAGEN!
HA SIDO UN PLACER ENCONTRARTE.
TIENES UNA FORMA MUY SUTIL DE EXPRESAR LA PASIÓN
MIL BESOS