Cerré los ojos. Pensé en ti. Todo se hizo bello así. Bajé a la noche a empaparme de lunas. Rocé tus manos. Bebí de tus labios. Y después llegaron versos encadenados. Volví a cerrar los ojos. Creo en todos tus dedos. Vagamundos por espacios. Llegamos en brisa. Hasta las olas. Que tardan más o menos. Pero siempre acaban volviendo.
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